Caperucita y Pulgarcito contra los monstruos (1965)

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Todos tenemos infancias felices en las que las películas Disney tienen un papel más o menos relevante. Aprendimos a andar con la Sirenita, a trabajar en las minas con los 7 Enanitos y a matar con Pinocho. Son recuerdos felices y útiles que ponemos en práctica ahora, en la adultez.
Son dibujos animados que forman parte de la cultura colectiva. ¿Dibujos animados? No longer. Los astutos mejicanos vieron el negocio allí donde otros veían heces. Con razón hoy en día luchan junto a Protugal por ser la nación más grande de la tierra.

Filial de Mataderos Qetzatcoalt

Pues bien, el tal señor Rodriguez decidió hacer de carne y hueso, mejor dicho, de carne y mierda, a los personajes más queridos por los niños mejicanos desde hace 500 años. Así, juntó a la bruja de Blancanieves, al pirata Barbaroja, los caraconos, Drácula... y como no, a Caperucita y pulgarcito. El resultado es hora y media de algo que hace reír y vomitar de ira a partes iguales. Para ir abriendo boca, os dejo con la presentación de Caperucita y pulgarcito in "real stereo":


Mamá diles que dejen de cantar por favor.

Después de ver esto no vuelves a ser el mismo.

Pasemos a la historia en sí. La malvada Bruja verde tiene retenidos a Fanegas (pelirojo obeso de inclinaciones pederastas) y a Señor Perro (un hombre claramente disfrazado de perro pero que engaña a todo el mundo porque caga como los verdaderos canes). Estos dos antiguos malos de cuento, se han vuelto buenos después de tener una reunión explicitamente sexual con pulgarcito y eso, al resto de los monstruos, no les ha molado nada. Los van a cortar por la mitad.

Mariano, trae más guantes de cocina, le voy a hacer otro cono en los huevos

Por si fuera poco, la malvada Bruja verde en su insaciable sed de tocar los huevos, se acerca a la alberca del tio Mariano y le echa un líquido raruno.


Cachuflí cachuflá... de nuevo, Shakespeare chúpate esa.

La combinación calor-heces es malévola de cojones. Los pobre pueblerinos, cansados despues de haber vendimiado en el tercer bancal durante toda la tarde, tienen sed. Y no ven ningún inconveniente en beberse un agua en el que parece que se han cagado unos patos.

¿Es agua? No, es regla. Da igual, tengo sed.

Caperucita y Pulgarcito deberán entonces iniciar una carrera contra reloj para, primero, salvar de la muerte a Fanegas y a Señor Perro y, segundo, convencer a la Bruja verde de que desconvierta a los habitantes del pueblo, ya que no dejan de lanzarse heces los unos a los otros. Al principio tenía gracia, ahora no.
Para ello piden ayuda al Hada buena que vive en el horizonte, que debe ser un club de carretera o algo. Os voy a ahorrar la entrada del hada buena para que algún día, podáis disfrutar de vuestros nietos sentados en una mecedora y no en una habitación acolchada con una camisa de fuerza. Bueno, mejor pensado, me hace gracia eso de la camisa de fuerza. Atentos a las chispas de la varita mágica.

Señor, creo que la varita tiene suficientes bengalas. NUNCA.

Con la ayuda del perro y con Pulgarcito no tan pulgarcito, se piran del horizonte rumbo al castillo malvado de la malvada Bruja verde. Por el camino se encuentran con los esbirros de la bruja, que tratan de abrocharles los cordones de los zapatos para retrasarles.


Barbaroja usando el viejo truco de la langosta de Maikel Jacson.


Tras librarse de Barbaroja (devorado por el perro) llegan al castillo y liberan a Fanegas y a Señor Perro e, incomprensiblemente, se meten en las cuevas de debajo del castillo por un ataque de Espeleologogitis que le da a Caperucita. Allí, por supuesto, aguardan más terrores y monstruos propios de un circo de Lepe.


¿Se le ha caido la cabeza mama? No que va, era una tarta de moras.



El dragón más paticorto de la historia del cine.



Y así, tras masacrar a todos los pobres súbditos de la Bruja, llegan al cuartle general del castillo, donde la Bruja verde prepara un ataque final con ¡SATANÁS! y toda la hostia. AH, pero no contaba con que Caperucita le engañara.


Soy una bruja, sí. Pero a que mi palo humeante acojona...

Y así, con la muerte de la bruja verde todo vuelve a la nomalidad. Los niños cantan, el Hada buena se presenta cuando todo ha terminado y Caperucita se convierte en una mujer con el Señor Perro.

Americanos, os recibimos con alegría...

En conclusión, Caperucita y Pulgarcito contra los monstruos es una de las mejores películas que he visto en mi vida y se les debería dar el Oscar póstumo a toda la gente que trabajó en ella. ¿Que no están todos muertos? Bueno, ¿por dónde queda Mejico?

EXTRA: ¿Que el mejor método para viajar es el avión? Ni de coña. Las explosiones van mucho mejor:


Vuela Pichí...

Lo mejor:
  • Sale un enano vestido de Mofeta.
  • Langostas terrestres.
  • Muchas explosiones.
  • Pulgarcito es sexy.

Lo peor:
  • En vez de matar cantan.
  • La voz del enano es odiosa.
  • Se hace muy muy muy larga.

Mi puntuación:

2 comentarios:

El 19 de septiembre de 2009, 6:49 , Unknown dijo...

Jaja, no queda apenas forzado el lanzamiento en plancha de la bruja, ¿por qué extender el brazo para coger algo cuando puedes lanzarte de cabeza?

Por no hablar del clásico "Soy un hada con poderes mágicos, pero mejor envío a estos dos niños indefensos a salvar el mundo, que yo tengo que poner dos lavadoras."

El dragón de la pelea en la tienda de disfraces es sublime, aunque dudo que el rodaje cumpliese la normativa anti-incendio, no acaban todos ardiendo por... no sé, magia.

 
El 28 de septiembre de 2009, 10:30 , Harley Fuagrás dijo...

¿Cuatro Papadas?
Dejad de puntuar las películas en función del jpeg que tengáis, ¡cabrones! xD

Vale que salgan enanos vestidos de mofetas pero también salen niños sudamericanos cantando.